Opinion

11.Sep.2013 / 12:55 pm / Comentarios desactivados en ¿ALGUNAS REFLEXIONES ACERCA DE CUAL DEBE SER LA ACTUACION CORRECTA PARA LA CONSOLIDACION DE LOS PROCESOS REVOLUCIONARIOS?

Diógenes Andrade, invitó al pueblo merideño a participar en esta significativa conmemoración.

Diputado Diógenes Andrade

¿ALGUNAS  REFLEXIONES ACERCA DE CUAL DEBE SER LA ACTUACION CORRECTA PARA  LA CONSOLIDACION DE LOS PROCESOS  REVOLUCIONARIOS?

    

 

“LA gloria de la patria es vencer o morir”

SIMON BOLIVAR

¡Compatriota, no hay tiempo para morir!

 

Históricamente, la actuación de quienes pretenden llevar a feliz término un proceso político revolucionario, debe inscribirse dentro de un modelo de actuación que se corresponda con la visión según la cual, se debe actuar de un modo distinto a quien no lo es; lo contrario ocasiona desviaciones respecto del resto de las personas que ejecutan las acciones tácticas pues al no “comprender” las particularidades del proceso  mismo o de lo estratégico de este generan daños irreversibles. En otras palabras sin obviar lo particular y sin constreñir lo individual creativo, existen reglas que marcan la diferencia entre la actuación de quien se subroga la condición de revolucionario contra quienes no lo son y actúan en consonancia (pese a que pudiesen ser honestos) con una visión diametralmente opuesta a la vía popular. Para ello, debe estar claramente definida la idea de revolución en atención al modelo societal (económico-político-social) que se desea sustituir o implementar respecto del existente o inconveniente.

No basta que seamos honestos en el sentido lato del término. Es necesario que comprendamos el devenir histórico y las categorías del análisis que acompañan a la corriente de pensamiento revolucionario; la cual debemos entender como aquella que tiene como compromiso traspasar el ejercicio del poder político y económico a manos de la mayoría  de los ciudadanos mediante los mecanismos democráticos que el soberano a lo largo de su historia moderna ha desarrollado y perfeccionado. Por tanto, debe existir una mediana claridad ideológica de parte del liderazgo, para guiar a quienes sempiternamente fueron conducidos a través de una corriente del pensamiento cuyo fin siempre fue, dejar todos los recursos de la sociedad al servicio de una minoría elitista y privilegiada. Frente a este planteamiento, no puede existir ambigüedad. O somos o no somos agentes del cambio. Ello en ningún caso, entra en contradicción con la idea de convocar a la unidad de todos los ciudadanos; pues incluso en el seno de la propia clase media, existen profesionales y técnicos que si comprenden (pues no están contaminados con el individualismo lumpen burgués ni comprometidos o sobornados por el capital especulativo), el fenómeno político del cambio. Pero en ningún caso, so pretexto de “aglutinar” fuerzas, debemos mostrar debilidad ideológica frente a quienes en aras de acceder al poder real, utilizan las coyunturas para catapultarse (básicamente son individuales surgidas en las filas de la “izquierda acomodaticia” que están acostumbrados a regatear para subsistir políticamente), pero en lo concreto no buscan identificarse  con la ideología del proceso o con la organización que promueve este proceso. Generalmente, tienen compromisos paralelos con los agentes del viejo régimen (política y financieramente), con sus actuaciones duales y oportunistas, lo que realmente desean es anotarse –mas no comprometerse- con todo lo que huela a ganador; más nunca con el verdadero cambio, que entre otras cosas, conllevan una entrega espiritual –sacrificar las apetencias desmesuradas- para empezar a luchar por los de todo el colectivo. Valga decir, profundizar la democracia. La convocatoria de la unidad de todo el pueblo es correcta (lo cual no hay que confundir con la de los dirigentes de los partidos políticos), pero en ningún caso la dignidad debe ser canjeada en aras de lo cuantitativo; máxime si perdemos credibilidad. La calidad de nuestros hombres y mujeres será la garantía de los éxitos en el futuro. Del seno  del pueblo y no de la burguesía en tanto clase ideológicamente clara o de quienes se conviertan en sus representantes y difusores, es de donde surgirán los funcionarios de la burocracia del mañana. Por ahora, contemos con quienes sin ambages se desprenden de lo material.

En el marco de lo anterior, debemos tener mucho cuidado a la hora de dejarnos influenciar, obnubilar por cantos de sirena, “actuaciones simpáticas” o tácticas maniobreras  de “aliados” o compañeros de ruta política, quienes buscan crear espejismos de control político en determinadas regiones, pues en momento determinado, algunos líderes naturales en la provincia, puedan o tengan ascendencia popular.

Estos dirigentes regionales (probablemente honestos), son utilizados por sus jefes nacionales o adláteres y voceros de estos (que se cuelan e infiltran en el movimiento revolucionario), para presionar y crear condiciones para en el futuro entrar a negociar; a la vez que, imponer sus puntos de vista sobre el proceso o el devenir de este. Para ello, pueden pasar a esgrimen cualquier cosa en contra de sus potenciales adversarios, como por ejemplo, que quienes asumen posturas ideológicas (muro de contención del oportunismo), están equivocados e inmediatamente entran a descalificarles señalándolos como “radicales”, “no tolerantes”; o que eso de ser bolivariano es una “pendejada”, etc. Solapadamente insinúan que deben incorporarse personas “mas equilibradas” (ellos serian la viva imagen), de otros estratos políticos pues no existen militantes químicamente puros. En el fondo son expresiones e ideas gesto lingüísticas cuyo fin es, apartar a quienes puedan ser un estorbo respecto de su pragmatismo actitudinal y oportunista, para luego acceder al poder y pasar a controlar la estructura organizacional. Son individuos que captan inmediatamente, las posibles o eventuales debilidades ideológicas de los dirigentes fundamentales y generan sobre la marcha, potenciales escenarios de confrontación futura entre la dirigencia fundamental y los elaboradores de ideas en el grupo. En otras palabras, buscan desplazar a los posibles dirigentes preclaros en lo ideológico (utilizando  muchas veces el mismo lenguaje del cambio), para entrar a contaminar la naciente organización. La práctica política, nos señala que esta es una institución que no solo se puede dar en el GPP, sino que se observa con preocupación dentro del PSUV, el cual viene tomando visos peligrosos.

Para concluir, sería una equivocación  no entender lo político como algo dinámico; estaríamos negando la dialéctica. Sin embargo, la ideología es la referencia que le indica al liderazgo hasta donde debe llegar sin perder la esencia de lo correcto. Hay leyes físicas, como la resistencia de los materiales, que les son útiles a la política. Lo ideológico, sería una suerte de ley de la resistencia que nos puede indicar el límite sin perder el norte.

¡Unidad! ¡Unidad! y mas unidad!…….

 

No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas

Difíciles para mantener ese empeño de la restauración del

Del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria.

 

Ante esta circunstancia de nuevas dificultades –del tamaño que

Fueren- la respuesta de todas y de todos los patriotas […] es unidad,

Lucha, batalla y victoria.

 

Hugo Rafael Chávez Frías

Caracas, 8 de diciembre de 2012

 

 

Dip. Diógenes Andrade.