Diógenes Andrade, coordinador estadal de la Comisión de finanzas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en Mérida.

CON EL LEGADO DE CHÁVEZ, SOLIDARIOS CON ECUADOR

                                               Diputado Diógenes Andrade

                                                                  Asamblea Nacional

                                                                  Parlamento Amazónico

La contaminación ambiental y el daño por explotación petrolera al que ha sido sometida la Amazonía ecuatoriana, ha impactado directamente a la población Sucumbíos y Orellana del Ecuador. La provincia de Sucumbí es una de las puertas de acceso al Amazonas y cuenta con una vasta flora y fauna, al igual que la población Orellana que se caracteriza por poseer vegetación extraordinaria, con la flora y fauna más variada de todo nuestro planeta, haciéndola una de las provincias más privilegiadas.

Chevron, es una compañía estadounidense que ha operado por muchos años los campos de petróleo de estas provincias de la Amazonía ecuatoriana, dejando graves daños a la ecología, causados por desechos tóxicos en diferentes áreas de vital importancia para la población, provocando la muerte de miles de habitantes. Chevron es hoy en día la compañía que se encuentra acusada por no limpiar suficientemente la región y de ignorar sus responsabilidades a las comunidades afectadas por sus actividades, por lo que la petrolera estadounidense, en un fallo de segunda instancia de la justicia ecuatoriana, fue condenada en 2012 ante la Corte de la ciudad de Lago Agrio, en la región amazónica, a pagar 19.000 millones de dólares en el marco de un juicio por contaminación.

No obstante, la empresa se niega a acatar ese fallo y ha llegado a instancias internacionales debido a que la compañía transnacional impuso una demanda contra el Estado ecuatoriano ante la Corte Internacional de Arbitraje de La Haya, para que fuera Ecuador quien pagara los costos a fin de reparar la contaminación causada. Esta demanda, en virtud de un acuerdo internacional firmado entre Ecuador y Estados Unidos, cuando Chevron reparó daños ambientales causados por la anterior Texaco, en 1998 la empresa fue liberada de toda responsabilidad futura por el gobierno y Petro-Ecuador, pero aún y cuando existía este acuerdo, la compañía transnacional debe respetar la legislación interna ecuatoriana y cumplir con el fallo que dio el Tribunal de la ciudad de Lago Agrio; así pues, aunque el Tribunal de Arbitraje de La Haya libere a la transnacional de culpas mediante los acuerdos mencionados, Ecuador ganará ante el mundo al invitar a La Haya a conocer la verdad de la inmensa contaminación en la que se encuentra parte de la Amazonía ecuatoriana, provocada por la mencionada compañía, la cual ha utilizado técnicas indebidas y fraudulentas para así desprestigiar la justicia de Ecuador y obtener intereses sin importarles la contaminación tan grave que le han causado a las provincias de Sucumbí y Orellana. Lo que realmente busca Ecuador, es la manera de contrarrestar el inmenso impacto ambiental que ha causado el derrame de petróleo.

Nuestra Amazonía se ve envuelta en esta penosa y lamentable situación, donde la integridad y la dignidad de un pueblo se han visto ultrajadas al no respetar sus espacios y ambiente, causándoles serias enfermedades y un daño ecológico sin igual, pasando a la historia como uno de los más graves, sobrepasando el derrame de crudo de la BP en el Golfo de México y el de la Exxon Valdéz en Alaska.

Estas poblaciones indígenas y colonos amazónicos se ven vulnerados ante el gran daño y el incumplimiento de la legislación ambiental por parte de esta compañía, la cual debe tomar en cuenta algunas normas de comportamiento ambiental, siendo éstas ignoradas, manifestando la falta de interés hacia las comunidades indígenas que allí habitan y sus recursos naturales, evidenciando esta situación en los millones de desechos tóxicos que han quebrantado la salud de la población y la ecología de estos miembros de nuestro valioso pulmón de la humanidad, nuestra Amazonía.

Ante este lamentable incidente, el Parlamento Amazónico Internacional manifiesta su incondicional apoyo a los habitantes de la Amazonía ecuatoriana, como muestra de rechazo que ha adoptado la empresa ante la negativa de compensar económicamente la crisis ambiental que viven las comunidades indígenas en la Amazonía, debido a las más de mil piscinas tóxicas que dejó Chevron hace tres décadas.

Lucharemos todos juntos contra la negligencia con que obró la transnacional, provocando secuelas a las comunidades ancestrales que habitan las provincias amazónicas de Orellana y Sucumbí. Nosotros somos planeta… y pisamos verde !!!