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22.Jun.2021 / 02:26 pm / Comentarios desactivados en BOLETÍN N° 254 DEL PARTIDO SOCIALISTA UNIDO DE VENEZUELA

“ Y el partido debe ser eso, y muchas otras cosas, pero eso, el partido debe ser como larga amasa, como la piedra, como el cemento, el concreto que une las estructuras de un edificio como éste. Sólida estructura, ideológica, política, moral, ética.
Por eso digo, la campaña que viene debe ser demostración de esto, de brillo, de luces. Ahí está la oposición echándose cuchillo. Eso son ellos, nosotros no. Nosotros somos otra cosa. Aquí hay verdadera política, aquí hay verdadero sentimiento de lo patrio, de lo nuevo, revolucionario. Ellos son la negación de la política, ellos son el ejemplo de la imposibilidad de la unión, nosotros somos el ejemplo de la unidad.”

COMANDANTE HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS
Primer Congreso Extraordinario del PSUV
Teatro Municipal de Caracas
11/02/2010.

 

EL 27 DE JUNIO PROFUNDICEMOS LA DEMOCRACIA REVOLUCIONARIA

El próximo domingo 27 de junio daremos inicio al acto democrático más significativo de cualquier partido en la historia venezolana y seremos referencia de este tipo de consultas en otras latitudes del mundo. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), nuestro partido, se encamina a seleccionar precandidatos a cargos de elección popular para gobernaciones, alcaldías, consejos legislativos y cámaras municipales que se elegirán en las próximas mega elecciones del 21 de noviembre de este año, según el cronograma emitido por el órgano electoral del país.

 

Ante este escenario de profundización de la democracia popular, protagónica y participativa, los militantes de nuestro partido podrán postular y apoyar las postulaciones de forma secreta, amplia e igualitaria a los precandidatos y precandidatas; esto implica una profunda maduración de nuestra organización y del conjunto de sus militantes, puesto que cualquier aspiración a cargos de elección popular debe sustentarse en la construcción de liderazgos legítimos en el territorio, en las bases del pueblo, que garanticen el avance de la Revolución Bolivariana; precandidaturas que adicionalmente serán evaluadas y validadas en las estructuras de nuestra Dirección Nacional y en última instancia, por el Presidente Nicolás Maduro Moros, sobre la base de criterios éticos y políticos, en función de garantizar la “eficacia política y la calidad revolucionaria” de quienes sean nuestros candidatos que, finalmente, serán elegidos en elecciones primarias abiertas el 8 de agosto de este año.

 

Hay que comprender que este acto se enmarca en la conmemoración del Bicentenario de la Batalla de Carabobo y, como tal, reafirma nuestros derechos constitucionales a la libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la autodeterminación nacional, que nadie nos regaló, sino que ganamos en los campos de batalla contra la España imperial. El hilo histórico nos trae a celebrar el Bicentenario de nuestra gloriosa batalla con otra batalla, esta vez en el campo electoral bajo escenarios profundamente complejos, marcados con sanciones, persecuciones, robo de nuestros activos en el exterior, medidas coercitivas unilaterales e ilegales por parte del imperialismo y sus lacayos; esta nueva batalla reafirma la pugna histórica que ha estado presente a lo largo de estos 200 años, por un lado los patriotas con el ideal bolivariano en alto y por el otro lado los imperialistas junto  a los lacayos locales con su monroísmo. Es por ello la importancia de reconocernos como una organización de vanguardia, tal y como refieren nuestros principios fundacionales:

 

“Corresponde al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como expresión de la unidad del pueblo asumir el papel de vanguardia en las luchas que habremos de librar en lo adelante en el marco de la Era Bicentenaria que se inicia hasta lograr la independencia definitiva de nuestros pueblos, en los términos que, de acuerdo a la historia, plantea el líder de la revolución, Comandante Hugo Chávez Frías (…)”

 

*Libro Rojo del PSUV*

 

En este marco, cada militante nuestro debe entender la importancia del proceso que se desarrollará en los próximos días, cada militante debe superar el individualismo y la parcialidad para posicionarse en la mirada estratégica de la Patria y su futuro. Debemos comprender la importancia que tiene una apertura democrática tan profunda en la realidad nacional e internacional, debemos observar que la selección de precandidatos de nuestro partido contrasta con las elecciones “democráticas” del mundo occidental; por ejemplo, en las pasadas elecciones de los Estados Unidos tardaron más de un mes en dar los resultados oficiales en una elección de 2do grado; asimismo, las recientes elecciones de Perú donde hasta la fecha no se han oficializado los resultados mientras la burguesía y el imperialismo se reacomodan para impedir la victoria de un profesor de escuela, Pedro Castillo.

 

La militancia del Partido Socialista Unido de Venezuela está obligada a transitar esta contienda en el marco del principio de la unidad, y ella sólo se logra si se entiende que la unidad es programática, y debe ser expresión del accionar cotidiano. La unidad como principio general debe estar acompañada de una práctica ética y moral, de la crítica y la autocrítica, de la disciplina que no transgreda las definiciones, principios y valores democráticos expresados en los documentos fundacionales:

“los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela deben darle plena vigencia, con la práctica cotidiana, a todos estos principios, asumiendo la máxima del Che Guevara cuando dijo,” la revolución se lleva en el corazón para morir por ella y no en los labios para vivir de ella” (…)”

 

*Libro Rojo del PSUV*

 

En definitiva, nuestro proyecto político, desde el mismo momento que el Comandante Hugo Chávez lo estableció en el “Libro Azul” y luego en la “Agenda Alternativa Bolivariana”, se fundamenta en la profundización de la democracia verdadera, participativa y protagónica, revolucionaria, bolivariana, basada en el ejercicio directo del Poder desde las bases del Pueblo Venezolano. Es justamente esta nueva concepción democrática la que ha empoderado a nuestro pueblo en todo el territorio nacional y lo ha politizado de forma activa para resistir junto al Presidente Nicolás Maduro Moros los últimos 7 años de ataques por parte del enemigo.

 

Suficientes muestras de genuina y verdadera democracia hemos dado, por lo cual el Presidente Nicolás Maduro, reconociendo el grado y nivel de conciencia política de nuestro Pueblo, delega su confianza en la militancia, para que esta, a su sabio criterio, en cada espacio, en cada territorio, escoja y postule a sus mejores cuadros, cuya responsabilidad será dirigir nuestro proyecto político bolivariano y chavista por los próximos años en los niveles estadal y municipal.

 

Por todo lo anterior, es deber de todo militante y más para quienes aspiren ser candidatos y candidatas en los próximos comicios, comprender que cualquier ejercicio político impregnado de individualismo, de sectarismo, de cálculos pequeños, de clientelismo, de coacción, de imposiciones y de medidas fuera de norma será argumento del enemigo para atacar nuestro proyecto político, nuestra democracia y como tal, se constituirá en una acción contrarrevolucionaria que abona el campo de lucha a favor del enemigo.

 

Desde la Dirección Nacional del PSUV estamos profundamente convencidos que se impondrá la altura política, la comprensión del momento histórico, el simbolismo del Bicentenario de la Batalla de Carabobo y que lograremos seleccionar a los mejores candidatos y candidatas, así como obtendremos un fortalecimiento inigualable de nuestra organización, que en definitiva será referencia para el futuro de nuestra Nación y nuestra región.

 

Al grito del Presidente de nuestro Partido, Nicolás Maduro, reafirmamos que:

“CON LAS BASES, ME RESTEO”

LA PREOCUPACIÓN DEL LIBERTADOR POR LA ATENCIÓN MÉDICA DURANTE Y DESPUÉS DE LA CAMPAÑA DE CARABOBO 

Por: Prof. WILLIAM GARCÍA
Decano del Centro de Altos Estudios e Investigación Bolivariano del
Partido Socialista Unido de Venezuela en Cojedes (CEIBA).
Coordinador de Formación Ideológica del PSUV,
Municipio Tinaco. Estado Cojedes.

La salud de las tropas era un asunto de primer orden al iniciarse la gesta independentista. De hecho,
la misma corona española previendo la situación sanitaria y de atención médica que se había venir con
el estallido la revolución emancipadora y dado a la insuficiencia de hospitales militares, tomará acciones
para cubrir las demandas en torno a esta materia.

Pedro Cunill Grau en su obra “Geohistoria de la Caracas Insurgente 1810-1811” (2011, p. 37) revela que “S.M. (Su Majestad) se ha servido mandar que a la mayor brevedad posible se construya en esta ciudad (Caracas) un cómodo y espacioso hospital general para los militares y demás enfermos de ambos sexos, trasladándose el de Lazarinos a la casa real del Amparo”, ya que la única asistencia era el sistema de Medicatura de la Ciudad con dos hospitales, el de San Lázaro y el de San Pablo.

De acuerdo a lo aportado por Gustavo Bustamante en su artículo “Medicina de guerra y sus  procedimientos en la guerra de independencia” (Revista Memorias de Venezuela. 2013, p. 1), estos fueron creados en 1802. Siendo el de San Lázaro el que se transforma Hospital militar en 1810.

En ese año de 1802, dice el mencionado autor que se había creado “el protomedicato, un “organismo
garante de la salud pública y estaba adscrito la Gobernación y Capitanía General de Venezuela.

Este Instituto dictaminaba cuáles eran los principios bajo los que debía regirse la actividad medica en
la provincia, tanto republicanos como realistas acataron dichos dictámenes, posiblemente debido a que ambos tenían la necesidad de establecer y unificar políticas que permitieran garantizar la vida en todo el territorio” (2013, p. 1), Añade Bustamante, que “la actividad del Protomedicato también estaba ligada a la elaboración de los fármacos y autentificar a las personas que podían administrarlos y a quienes lo prescribían. En ella se lee claramente su principal mandamiento:

“ordena y manda que no se reconozcan como medicamentos otros distintos de los que ella prescribe” (2020, p. 3). En cuanto a la cantidad de médicos disponibles al comienzo de la guerra de independencia, sostiene Cunill Grau (2011, p. 37) que “en 1810 existían en Caracas, 38 médicos y cirujanos, a los que se
agregaron en 1811 y 1812 varios médicos franceses y norteamericanos”. Conforme a la Gazeta de Caracas del 11 de octubre de 1811, dos médicos franceses y uno norteamericano se ofrecen a prestar sus servicios al ejército patriota.

Seis años después, la dinámica geopolítica de la lucha independentista sufre un giro de carácter
diplomático, como resultado de la amplia visión y de las gestiones que en el ámbito internacional
obtiene Simón Bolívar al sumar el respaldo de Inglaterra y con ello la llegada de un contingente
de médicos que vienen con la Legión Británica a partir de 1817.

Paralelo a las acciones implementadas por el Libertador, sostiene Bustamante (2013, p. 3) que el jefe español Pablo Morillo auspicia la creación y aprobación de la primera farmacopea en Venezuela.

Señala Bustamante que en atención a “los documentos encontrados en el Archivo General de la Nación, la Farmacopea Militar se concluyó el 4 de marzo de 1819… Ella iba a regir la práctica de todos los médicos, cirujanos y boticarios militares, de acuerdo con el artículo 14 del capítulo 5 del reglamento del cuerpo de cirugía médico militar” y que la responsabilidad de su coordinación la asigna al Doctor Juan Nieto Samaniego, el médico que logra realizar la milagrosa extracción de la lanza que atravesara el abdomen de Morillo en marzo de 1818, en la batalla de Semen, y por consiguiente, salva su vida.

Agrega el prenombrado autor que “por otro lado la farmacopea o código de los medicamentos regulaba las formulas científicas que permitiera, por los canales regulares, utilizar los elementos orgánicos y químicos para curar los males que azotaban la salud de hombres y mujeres. De allí que este cuerpo medicinal fijara las normas necesarias para la prescripción y dispensación de las dosis configurándose así en un estatuto importantísimo, porque de ella se desprendían los remedios que podían hacer la diferencia entre la vida y la muerte”. (2013, p. 2)

Algo sumamente interesante que también revela Bustamante es que “en esta publicación oficial se
recogen no solo los elementos tradicionales de la medicina aplicada en la península ibérica, sino
también las fórmulas que buscaban adaptar estas a la realidad del trópico. Allí se lee que “la naturaleza
suele presentar el medicamento en el mismo suelo en que se presenta la enfermedad”. (2013, p. 2)
La medicina tradicional y las prácticas curativas ancestrales de nuestros nativos, cobra un sitial
importante en esta Farmacopea implementada en pleno auge de la guerra. “En ella se vislumbra
el papel de los remedios o pociones “indígenas”, denominada para entonces como pócimas “curiosas”; esto representa, en fin, una gran consideración a los saberes terapéuticos de nuestros
pobladores originarios” (Ibídem. Bastamente. 2013, p. 3)

Lo cierto es que se llega a reconocer la sabiduría indígena pero lamentablemente, esta es invisibiliza
por la historia eurocentrista incubada. Añade Bustamante que “el dato interesante es que se llegarían a imprimir 100 ejemplares a través de la real hacienda para el uso del ejército expedicionario español”.

Para Simón Bolívar, la atención médica sería un asunto ineludible en su ejército., al punto que “a
finales de abril de 1821, en momentos en que el ejército Libertador se preparaba para reanudar sus operaciones tras la terminación anticipada del armisticio, el general Bolívar expresó su preocupación por la cantidad de enfermos internados en los hospitales de Barinas, epicentro del cuartel general. Ante esta circunstancia, impartió instrucciones al gobernador de Mérida para que acompañado con el mejor cirujano y con el boticario Raimundo Talavera pasara revista en todos los hospitales y se concediera licencia absoluta a los enfermos de larga curación y a los inválidos” (Roger Pita Pico. Los héroes olvidados  de la guerra de independencia. El caso del Depósito de Inválidos del Departamento de Venezuela en 1822. (Procesos Históricos, núm. 36, pp. 2-24, 2019. Universidad de los Andes).

Acota el referido articulista (2019, p. 36) que “siendo muy doloroso y cruel sacarlos abruptamente, se
dispuso el traslado hasta Cúcuta para que allí se les suministraran los auxilios necesarios después de lo
cual serían restituidos a sus casas”.

Mientras Simón Bolívar está resolviendo el problema del abastecimiento de ganado caballar, vacuno y
mular para dar inicio a su arrolladora campaña de Carabobo, ordena en el punto 3 del citado oficio
enviado el 22 de abril de 1821 al Gobernador de Mérida que “el Boticario del ejército Raymundo
Talavera venga a este Cuartel General Libertador a la mayor brevedad, y que disponga V.S. lo mismo
con los demás cirujanos y practicantes que haya en esa ciudad, al paso que no se vayan necesitando en
ese hospital. Las hostilidades van a abrirse el 28 y el ejército carece de los físicos necesarios” (Archivo
del Libertador. O’L. Vol. XVIII, primera parte, fº 200 y vto).

Ocho días después, el 30 de abril, vuelven a comunicarse con el mismo Gobernador Comandante
General de Mérida para indicarle que “Por los avisos que se tienen de Bogotá sabe S.E. que vienen 25.000 pesos para el ejército…De estos caudales [podrá] [3] tomará V.S. dos mil pesos para los gastos del hospital y para la subsistencia de las tropas que pasen para Trujillo, pero se recomienda que haga una grande economía en la distribución porque probablemente no vendrá más dinero en mucho tiempo” (Archivo del Libertador. O’L. Vol. XVIII, primera parte, f° 222 y vto. y 223).

En la lista de revista al ejército Libertador el 23 de junio de 1821 en Tinaquillo solo figura como Práctico el Coronel Remigio Ramos y como Boticario Raymundo Talavera, pero el cronista Edgardo Malaspina señala en su artículo “Aspectos médicos de la Batalla de Carabobo” (2019, p. 2) que “casi todos los médicos patriotas en la Batalla de Carabobo eran de la Legión Británica: Richard Murphy, el más destacado, ocupaba el cargo de cirujano mayor; Willian Porter Smith, Stephen Macdavit, Ryding, Jacob Vale y Robert Fry. Entre los venezolanos estaban Francisco Valbuena, José Liceaga y Narciso Morales.

Trabajó también un italiano: José Caffari de Barga”. No obstante, la ausencia del papel relevante de
los médicos en esta célebre batalla ha generado una visión muy fragmentada de los hechos. Como por ejemplo, el caso del “coronel Tomás Ferriar quien fuera herido trasladado a Valencia, donde es atendido por el Dr. Robert Fry, quien le asistiera curando las heridas y le administraba aguardiente de caña en grandes cantidades para calmar los dolores, ya que no existía la anestesia, muriendo el 17 de julio y no en pleno campo de batalla como se ha hecho creer. (Ibídem, Malaspina. 2019, p. 2). En muchos casos se improvisaban hospitales en espacios próximos al sitio de la batalla, que a veces solían ser haciendas o hatos o también tiendas de campaña.

Otro dato importante afirma que “uno de esos casos fue el de Manuel Arraíz, herido gravemente en la
batalla de Carabobo. El coronel Bartolomé Salom había dictado orden para socorrerlo con un auxilio
de 25 pesos para su alimentación”. (Ibídem. Pita pp. 2-24, 2019)

Además de estos reconocidos galenos obviados por la historia parcelada, apunta Malaspina que en la Legión Británica venía el doctor Eduardo Finlay, quien discutió con el General Arismendi y se embarcó para Trinidad. Él es el padre del cubano Carlos Juan Finlay, a quien la historia reconoce como el descubridor del transmisor de la fiebre amarilla”.

Tras el triunfo de Carabobo, se pone especial énfasis en “los militares enfermos y heridos en campaña a
través del proceso de formación del Depósito de Inválidos del Departamento de Venezuela en 1822 en respuesta a lo dictaminado por la ley del 5 de diciembre del año anterior expedida por orden del
presidente Simón Bolívar” (Ibídem. Roger Pita, 2019. p. 2-24).

Agrega Roger Pita (2019, p. 2-24) que “esta ley era de alguna manera un reconocimiento a una
situación en la cual ya era evidente el desgaste y los estragos de una prolongada y cruenta lucha
militar de más de una década. Estos militares afectados en su estado de salud continuarían en los
años siguientes y hasta bien entrada la República su lucha por reivindicar sus intereses en torno a
lograr un justo reconocimiento a sus sacrificios y contribución para el cimiento de las bases de una
nación libre y soberana”.

Añade el autor que “Bolívar pidió al vicepresidente del departamento de Cundinamarca, general
Francisco de Paula Santander, preparar una circular extensiva a todos los gobernadores y
comandantes de la República de la Colombia para que examinaran cuidadosamente quiénes eran los
verdaderos militares inválidos, para lo cual había que verificar la información sobre las trayectorias
militares. Esta fue la justificación que expuso el alto mandatario caraqueño para adoptar esta medida”
(Ibídem. Roger Pita, 2019, p. 2-24).

Concluye Roger Pita (2019, p. 2-24) que “la suerte de los militares inutilizados en defensa de la patria excita no sólo la compasión de los hombres sensibles, sino que es digna de la atención del gobierno.

Multitud de hombres estropeados o que han contraído en ella enfermedades incurables, son dignos de una mirada justa y compasiva. Hombres que todo lo han perdido hasta el poder de ganar el alimento con su sudor por defender sus derechos, son acreedores a la recompensa de la República”.

Preocupado por el avance de la ciencia médica y por generar la capacitación de profesionales de nivel para atender la salud no solo de los militares de su ejército sino también de todo el pueblo, en junio de 1827 el Libertador decreta la creación de la Cátedra de Medicina en la Universidad de Caracas, hoy Universidad Central de Venezuela.

Doscientos años después, tenemos a un gobierno inspirado y orientado bajo los principios y el modelo político del Libertador para brindar la atención médica gratuita a la población a través de las misiones como la Barrio Adentro, Milagro y los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), entre otros.

Intervención Parcial del Comandante Presidente Hugo Chávez en la conmemoración del 184 Aniversario de la Batalla de Carabobo y día del Ejército Patio de la Academia Militar. Patio de Honor de la Academia Militar, Fuerte Tiuna, Distrito Capital,
Venezuela. 24/06/2005.

(…)
Decía que Carabobo es una lección múltiple, en primer lugar Carabobo es una batalla de victoria y de
unidad o pudiéramos decir, cambiando el orden de los factores, de unidad y de victoria, expresión sublime de la unidad del ejército libertador, expresión sublime del ejército con su pueblo, expresión sublime de la unidad de las fuerzas físicas, materiales, intelectuales con las fuerzas morales de la nación concentradas, condensadas aquel día heroico, aquel 24 de junio de 1821 en aquella gloriosa sabana.

Hoy los ciudadanos y los soldados de Venezuela debemos mirar a Carabobo así como una lección,
mirarnos en la lección de la historia para seguir transitando los caminos de la unidad, de la cohesión, de la fortaleza, solo la unidad nos permitirá continuar incrementando la fortaleza nacional, solo la cohesión
profunda en el pensamiento, en la acción, en la moral, en el espíritu, podrá permitirnos seguir labrando la segunda independencia nacional, seguir abriendo estos caminos de dignidad y de grandeza para nuestro pueblo, para nuestra república, para nuestra nación, así que hoy a 184 años de aquella jornada memorable y heroica sigo haciendo el llamado a todos los hombres, a todas las mujeres del ejército, a todos los hombres y las mujeres de la Fuerza Armada Nacional, de nuestra Marina de Guerra, de nuestra Aviación Militar, de nuestra Guardia Nacional, a todos, desde los más altos grados y rangos hasta los soldados rasos en todos los cuarteles y unidades de nuestra gloriosa Fuerza Armada; unidad, unidad, unidad esa debe ser nuestra divisa sigue gritando desde el fondo de los tiempos el Padre Libertador y creador de esta República, unidad, quienes nos adversan a nivel internacional como ya señalaba de manera puntual y precisa el Comandante del Ejército hace unos minutos, quienes adversan a Venezuela desde fuera y desde dentro el lacayismo imperialista no van a descansar, no van a descansar en su empeño por tratar de debilitar la cohesión monolítica de la Fuerza Armada y nuestra respuesta desde todos los ámbitos militares debe ser con aquella consigna bolivariana unidad, unidad, unidad, esa debe ser nuestra divisa.

(…)
Carabobo pues, es una lección, además de unidad, de victoria Carabobo es una lección de estrategia
porque no se trata solo lo sabemos los soldados y los que hemos estudiado la historia nacional y la historia militar de la nación Carabobo es consecuencia de una concepción estratégica, Carabobo fue una campaña que concluyó el 24 de junio de manera victoriosa y sublime, pero Carabobo es la concepción estratégica, Carabobo es la maniobra estratégica, Carabobo es la confluencia estratégica, Carabobo es la unidad del mando supremo, Carabobo es la unidad cívico militar, Carabobo es la logística, Carabobo es la doctrina y Carabobo es la táctica, Carabobo es la lección de todo eso, Carabobo además, es consecuencia de diez años de guerra revolucionaria, desde 1810, desde 1811 comenzó la guerra revolucionaria de independencia y la Primera República y la Segunda República y la Tercera República y nació la Gran Colombia, Carabobo es consecuencia del sacrificio de miles y miles de hombres y de mujeres que fueron al martirio, para llegar a Carabobo el pueblo venezolano tuvo que recorrer la senda del sacrificio (…)

Carabobo es lección por tanto de heroísmo supremo, Carabobo es parto, Carabobo al mismo tiempo es el
entierro del imperialismo, del viejo imperialismo de 300 años y Carabobo es el parto de la Patria, es el
parto de la libertad y el parto de un proyecto que aún no ha concluido, he allí una de las ideas que hoy
quiero traer de nuevo en este patio de honor este 24 de junio día de San Juan, cuando deben estar
tronando los tambores en Barlovento y más allá y día del Ejército Libertador, Carabobo es una batalla
todavía pendiente por concluir, Carabobo es una batalla que se extendió en el tiempo y aquí estamos  dando hoy de nuevo la misma batalla libertadora, aquí estamos hoy los hombres y las mujeres, el Ejército y la Fuerza Armada dispuestos a morir incluso por la dignidad de esta tierra y por el futuro de esta Patria, que nadie se equivoque con Venezuela.

(…)

Instituto de Altos Estudios “Hugo Chávez”
Fuente: www.todochavezenlaweb.gob.ve