Opinion

24.Feb.2021 / 05:04 pm / Comentarios desactivados en Amor entre Puentes Por: Katy Raquel González

-relatos de las conquistas del 23 de febrero de 2019-

El amor en tiempos de colera, Coronel Márquez mis respetos, usted tuvo esa genialidad romántica para describir un amor puro, sin pasar por alto su compromiso social, sin olvidar su otro amor, su amor por la libertad, su amor por la justicia. Usted que también vivió los horrores de permanecer esclavo de un sistema que anula por completo a la humanidad, a lo humano. Usted pudo describir el amor eterno entre Fermina y Florentino.

Quizás exagere un poco mi relato, pero bueno; aquí andamos caminando entre lo real y lo ficticio.

En la mañana del viernes 22 nos dispondríamos todos a emprender el camino, bien temprano, con lo que habíamos dispuesto para el viaje. Con exactitud ninguna de nosotras, y tampoco ninguno de ellos conocía el destino real, algunos hablaban bajito con su compañero o compañera. Veía caras conocidas, otras eran de compañeras o compañeros motivados por el mismo sentimiento, la misma euforia.

La mayoría estaba alerta ante cualquier evento irregular, ya nos habían hablado que se venían momentos duros, que debíamos permanecer intactos, que debíamos fortalecer nuestro espíritu porque el enemigo acecharía sin clemencia.

Usted Sr. Galeano, usted nos habló de los marginados, usted describió el engaño que se le hizo a los indígenas, a nuestros ancestros. La estrategia del enemigo ha sido la misma desde tiempos inmemorables. Nos engañaron con espejitos, y ahora pretenden engañarnos con una paloma. ¡Amor en tiempos de ayuda humanitaria!

Logramos comenzar la ruta hacia nuestro destino a las diez de la mañana, – como nos lo habían dicho; se venían tiempos difíciles, y era necesario guardar la calma y domar el miedo- la avanzada era lenta, aún no salíamos de nuestro territorio, y el camino se empeñaba en retrasar nuestros pasos. Los obstáculos en la carretera, por fortuna, no fueron contundentes. Llegamos a nuestro primer refugio a las diez de la noche. – no estoy segura si fue la hora correcta, el tiempo parecía detenerse-

El aire era extraño, el clima fue benevolente, había tensión, vi caras llenas de dudas, se pregúntaban qué estaba ocurriendo. Sin embargo, tres cuartas partes de la tropa sabía que esta batalla no era un simulacro, algunas no quisieron creerlo, pensaron que el enemigo sería imaginario. A las cinco de la mañana del sábado 23, los que lideraban alguna partecita de la tropa estaban advertidos de cuáles serían los siguientes movimientos. A las seis de la mañana, la tropa completa estaba dirigiéndose al lugar donde ocurrirían los hechos.

Para algunos eran tierras desconocidas, otras creyeron que sería una aventura divertida. Antes de salir de mi hogar estaba consciente de que no habría calma para nosotros, ni mucho menos para el enemigo. Al principio de la batalla quisieron utilizar como carne de cañón a nuestras hermanas y hermanos, a quienes sus doctrinas de dominio y manipulación pudieron enajenar.

¡Perdón hermano, o despiertas o te mueres!

Los jóvenes de mi tropa no dudaron en salir a defender la verdadera y absoluta libertad, -a ellos no los movió una teoría, una filosofía, y mucho menos una tesis- A ellas y ellos los movió el sentimiento de amor que sembró un hombre, que pudo abrazar el imaginario bolivariano, y no sólo abrazarlo, sino entrelazarlo con todos los imaginarios que han creído en la concepción distinta del mundo, la concepción que busca desintegrar el sistema atroz que ha querido regir a los Pueblos, sencillamente por avaricia y ansias de poder y control. Creyéndose dueños de las tierras.

Han transcurido algunos siglos, y aún así, la humanidad no ha podido vivir en armonía. Sin embargo, las consciencias que han despertado, del yugo que destruye y acaba con lo natural, han sido muchas.

Por momentos sentía angustia, a mi mente venían imágenes que revelaban los crímenes sádicos que cometía el enemigo queriendo adueñarse de todo, a través de la guerra. Por momentos sentí miedo, – lo confieso – me arrepiento de no haber tenido el valor de enfretarle cuerpo a cuerpo, tampoco me quedé inerte, en mi boca nunca estuvo el verbo “rendirse”. A veces pensaba en ellos en casa, sabía que estaban protegidos, sólo fue un poco de incertidumbre, el cansancio hizo intensa toda la jornada. Al final de esa noche me alegró tenerte a mí lado, tú haces que mi piel se erice y eso debería significar algo, tus abrazos son sinceros, y tus besos saben a manjar del bueno.

Florentino sabía que ella sería su amor eterno, así su libreta tuviese más de mil nombres escritos. No era el mejor momento, ni los mejores lugares para pensar en el amor. A mí me bastaba sólo saber que estabas ahí, por momentos necesitaba recordarte que te quiero, te quise, y te querré, aunque estemos destinados a no ser. No fue el viaje que planificamos juntos; no hubo sexo, ni luna, ni miel. Pero quedará registrado eternamente este encuentro que nos conectó una vez más, y para siempre, sin importar que mires las estrellas desde otro cielo.

Los recuerdos que tengo de ese día son muy vagos, era muy chica para ese entonces, pero si viene como un sueño recurrente las imágenes de mujeres y hombres gritando y corriendo. Ése 27 la guerra no era contra quienes se quitaron la máscara y mostraron su verdadero rostro sediento de sangre inocente con tal de llevarse nuestras riquezas. En ese momento era un ensayo sobre la ceguera, nos gobernaba un oligarca traidor, que vendió nuestras pertenencias por un mísero plato de lentejas. En ese momento los que tenían uniforme parecían simples robots que levantaban sus armas contra su pueblo, manipulados por el emperador de turno. Empero, existió un hombre que le quitó la venda a muchos y hermanó a los civiles con los oficiales, creando una alianza estratégica para defender la nación, de quienes pretenden invadirla emulando el caballo de Troya, y poniéndole por nombre “Ayuda humanitaria”. -GUERRA HUMANITARIA –

Quince horas de batalla campal, – en la Frontera; en el límite de lo humano del lado de Bolívar, y lo canibal e inhumano del lado de Santánder- donde los patriotas permanecimos juntos, firmes, abrazados, fotaleciéndonos los unos a los otros, una verdadera unión entre el Pueblo y sus Guardianes.

Ya el domingo 24 todo parecía más calmado; los Generales, los Comandantes, los Líderes de esta batalla llegaron a luchar junto a su tropa, a remoralizarla, a darle ánimos. Felicitaron a todos sus hombres, a los que se han preparado para defender a su Patria, y a los que la defendieron motivados por el amor a la Soberanía. Felicitaron a las mujeres, que no dudaron en salir a batallar, porque comprendieron que la Revolución de consciencias es la que emancipara y pondrá a la mujer en un lugar equilibrado en la sociedad, y esa Revolución de consciencias sólo es posible en socialismo.

Hermanas y hermanos de las Tierras más altas de esta nación acudieron al llamado y defensa de la Patria.

¡Quedarán sus hazañas plasmadas en la historia!

¡Hemos vencido al enemigo mismo, y seguiremos VENCIENDO!

Katy Raquel González