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20.May.2019 / 04:49 pm / Comentarios desactivados en El enfermizo sueño del autoproclamado con una invasión a Venezuela

 

Las imágenes del jueves pasado de la policía y el servicio secreto ingresando brutal e ilegalmente a la sede de la embajada de Venezuela en Estados Unidos, deben haber generado reacciones orgásmicas en el autojuramentado y sus secuaces. De alguna manera, el episodio proyecta lo que sueñan con ver algún día, en mayor escala, directamente en nuestro territorio.

La marioneta de los genocidas de Washington, nunca ha ocultado sus intenciones de presenciar el arribo al sagrado suelo patrio de tropas extranjeras, encabezadas por las de quienes mueven sus hilos, para hacerle el favor, darle la “ayudadita”, de instalarlo en el Palacio Presidencial, sin importar el cruento saldo que ello inevitablemente implicaría.

Perdidos los estribos ante la andanada de fracasos sucedidos uno tras otro, desaparecida casi por completo su credibilidad, si alguna vez llegó a tenerla, hundido en sus soledades cada vez mayores, la obsesiva manía de solicitar una invasión al país en el cual alguna vez nació, pero ya dejó de ser el suyo, es su única alternativa para acceder al poder.

Por ello, no debe extrañarnos que el pasado lunes 13, en una de las manifestaciones epistolares más rastreras de la historia, el supuesto “embajador” del monigote estadounidense, literalmente imploraba al jefe del Comando Sur, Craig S. Faller, una reunión en la cual el tema a tratar sería buscar las formas para enmascarar una invasión contra esta patria de libertadores.

En el vil panfleto, suscrito por el prófugo de la justicia Carlos Vecchio, ruega el encuentro con el fin de “avanzar en la planificación estratégica y operativa”, de los mecanismos para “detener el sufrimiento del pueblo y restaurar la democracia”, es decir, imponer a sangre y fuego un gobierno sumiso a los intereses de los carniceros del Pentágono. Frente al patético documento, no tardó en responder la vicepresidenta ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, quien con implacable puntería lo calificó como “un adefesio”:

“Hemos rechazado, leído, un adefesio, una carta, que manda uno de los golpistas que hoy se esconde en Washington, donde pide la intervención militar en Venezuela”, expuso la vicepresidenta, en declaraciones ofrecidas el martes 14, acompañada por el ministro del Poder Popular para la Defensa, G/J Vladimir Padrino López.

“Rechazamos, condenamos, este tipo de posiciones tan sumisas, lacayas, entreguistas (…). No solamente las condenamos sino sabemos que están condenadas al fracaso”, puntualizó Delcy Rodríguez.

OBSESIÓN

La carta es un eslabón más en la enfermiza campaña del autoproclamado para concretar un desembarco de marines y los bombardeos con los cuales pudieran hacer realidad lo que por vías pacíficas no están en capacidad de lograr, sin importar los devastadores costos que ello pudiera acarrear.

De hecho, el sábado 11, en una desolada plaza Alfredo Sadel del municipio Baruta, en la cual la bandera estadounidense ocupaba más espacio que la cantidad de asistentes, reconoció las instrucciones giradas a su “representante” en el Norte:

“Hemos instruido a nuestro embajador Carlos Vecchio que se reúna de inmediato con el Comando Sur para establecer relación directa en materia de cooperación”, un eufemismo esto último para enmascarar las reales intenciones de la reunión que, obviamente, cuenta con el visto bueno de los capos del Departamento de Estado.

En el mismo aquelarre, el títere de la Casa Blanca, complaciendo peticiones, anunció que estaba dispuesto a invocar, “cuando llegue el momento”, el artículo 187, numeral 11, de la Constitución Nacional, que permite el ingreso de tropas foráneas, en circunstancias de catástrofes, lo cual obviamente no es el caso ni él apátrida de marras tiene la autoridad para ello, por muy delirantes que sean sus fantasías.

Si bien este sujeto funge como un muñeco de ventrílocuo, no es menos cierto que jamás ha escondido sus pretensiones de regar de sangre el territorio venezolano, tratando de cumplir las órdenes de sus amos.

RECHAZOS

No está fácil, sin embargo, el camino para ver materializados los desvaríos oníricos de “Juanito Alimaña”. Esta misma semana recibió un violento mazazo durante la reunión del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov y el secretario de Estado estadounidenses, Mike Pompeo -uno de quienes lo latiguean.

Tras el cónclave, la declaración del primero fue contundente:

“Creemos que el pueblo es el que tiene que definir su futuro (…) sobre Venezuela, la democracia no puede establecerse con la fuerza. Las amenazas al Gobierno del presidente Nicolás Maduro por parte de la oposición y del diputado Juan Guaidó, sobre una posible intervención militar, no tienen nada que ver con la democracia”.

Para inquietar un poco más al bufón imperial, el 8 del corriente, el influyente The Washington Post, uno de los más recalcitrantes medios en las campañas contra el Gobierno de nuestro comandante Hugo Chávez, primero, y ahora frente al de Nicolás Maduro, reveló que el engendro de la Casa Blanca, Donald Trump, no solamente está “frustrado” por el fallido intento del golpe del 30-A sino que habría descartado la posibilidad de una intervención militar en nuestro país, si bien desde el punto de vista retórico la mantiene “sobre la mesa”.

“El presidente Trump, está cuestionando la estrategia agresiva de su gobierno en Venezuela, tras el fracaso de un esfuerzo respaldado por Estados Unidos para derrocar al presidente Nicolás Maduro, y se quejó de que fue engañado acerca de lo fácil que sería reemplazar al hombre fuerte socialista con una joven figura de la oposición, según funcionarios del Gobierno, y asesores de la Casa Blanca”, se lee en el trabajo titulado “Un frustrado Trump cuestiona la estrategia de su administración en Venezuela”, firmado por Anne Gearan, Josh Dawsey, John Hudson y Seung Min Kim.

“La insatisfacción del Presidente se ha concretado en torno al asesor de seguridad nacional, John Bolton. Trump se ha quejado de una postura intervencionista, que está en desacuerdo con su opinión de que Estados Unidos debería mantenerse al margen de los atolladeros extranjeros”, añaden.

De acuerdo con la nota, el aspirante a emperador del mundo criticó el que sus allegados, “subestimaron a Maduro, según tres altos funcionarios de la administración que, al igual que otros entrevistados para esta historia, hablaron sobre la condición de anonimato para discutir las deliberaciones privadas. Trump ha dicho que Maduro es un ‘hueso duro de roer’ y que los asesores no deberían haberlo llevado a creer que el líder venezolano podría ser derrocado la semana pasada”.

Luego de una serie de consideraciones, los firmantes del trabajo en The Washington Post apuntan que el megalómano gobernante “está menos cómodo con la escalada retórica sobre Venezuela, que no representa una amenaza militar directa para Estados Unidos. Cualquier participación militar de Estados Unidos allí, corre el riesgo de una pelea por poderes con Rusia, que respalda a Maduro (…)”.

“Los eventos del 30 de abril, han dejado de lado efectivamente la seria discusión de una fuerte respuesta militar de EEUU, dijeron funcionarios actuales y anteriores, así como asesores externos”, se expone en el citado trabajo.

FRACASOS

En Venezuela, la sed de sangre del autoproclamado y sus secuaces sigue generando rechazos. La grotesca solicitud de reunión al jefe del Comando Sur con fines invasores, despertó indignación.

“Este nuevo llamado al jefe del Comando Sur del Gobierno de Estados Unidos por parte de la oposición venezolana para solicitar que intervengan militarmente a nuestro país, es a todas luces un acto flagrante de traición a la Patria”, sostiene al respecto la periodista Beverly Serrano, integrante de la Vicepresidencia de Agitación, Propaganda y Comunicación del Partido Socialista Unido de Venezuela.

“Es además, -añade-, parte del guión que se les asigna para que mediáticamente generen en su pírrica y frustrada militancia una pizca de esperanza, después de sus fracasados intentos de derrocar al presidente constitucional Nicolás Maduro y a la Revolución Bolivariana. Estas acciones se van ejecutando de manera progresiva y se radicalizan en la medida en la cual van perdiendo espacios, pretendiendo amilanar a nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, hoy más cohesionada que nunca y dispuesta a defender cada palmo de este territorio”.

Serrano, apunta que las acciones de los extremistas liderados por el títere de la Casa Blanca “son herramientas desesperadas y no menos graves, con las que intentan seguir afectando a nuestro país.”.

Enfatiza que “el pueblo venezolano ha dado una gran demostración de organización, movilización, resistencia y avance, que hoy se vuelve luz y esperanza para los pueblos que como el nuestro, luchan a diario contra la dictadura del terror, de la muerte y destrucción del Gobierno gringo. El pueblo venezolano, en aprendizaje constante, se mantiene firme, asumiendo los retos que conlleva esta lucha. En contraste a este ejemplo popular de consciencia y resistencia, se devela una oposición extremadamente dividida, sin valores, cada vez más envuelta en casos de corrupción, conspiración, y traición a la Patria”.

ESTRATEGIA

La vergonzosa epístola y los continuos llamados a una intervención militar en Venezuela hechas por el mequetrefe de Washington y su pandilla de delincuentes, a juicio del sociólogo José Gregorio Martínez, “entran dentro de la estrategia de guerra comunicacional desde que apareció este sujeto. Intentan generar esperanzas dentro de los sectores oposicionistas, pero que siempre se ven frustradas. Es un juego como para mantener vinculado al activismo radical de la derecha, con supuestas acciones pero que nunca se concretan”.

Estima que todo forma parte de “un juego discursivo para la opinión pública internacional, no tanto para la del país, de hecho, su foro político principal, que es la Asamblea Nacional en desacato, viene sesionando sin quórum y ahora hasta sin junta directiva, porque están involucradas en el golpe todas las fracciones políticas. Es una gente defensora de los intereses del imperialismo norteamericano, puesto que de ninguna manera ponderan el riesgo real de una invasión, habría un gran genocidio, sin distinción entre venezolanos de un bando o de otro. Son personas que tienen serios problemas de identidad, sin consciencia de patria, y su destino es desaparecer de la escena política nacional cuando ya no hagan falta”.

“Las consecuencias de una invasión serían la destrucción de toda la infraestructura estratégica vinculada a los servicios públicos, como ya lo demostraron con el ataque al sistema eléctrico; la agroindustria sería exterminada, a lo cual debe añadirse la incalculable cifra de vidas humanas perdidas. Si con esta guerra económica que estamos padeciendo tenemos dificultad para adquirir alimentos, medicinas; en un escenario de guerra convencional vendría hasta la hambruna. Ellos piensan que en las filas patriotas se daría una rendición, cosa totalmente negada por la unidad cívico-militar, la coherencia de la dirección política nacional, la lealtad de los altos mandos militares y el nivel de consciencia del pueblo”, remata.

T/Jimmy López Morillo
F/Archivo CO y Agencias