Noticias / Opinion

11.Jun.2019 / 05:37 pm / Comentarios desactivados en Chávez Radical: “En Venezuela no puede quedar ni rastros vivientes de latifundio.”

 

Entre noviembre y diciembre del año 2010, un evento meteorológico encapotó el cielo venezolano, desatando una tempestad que conmocionó dramáticamente al pueblo humilde. Como consecuencia de más de una semana de lluvias ininterrumpidas, más de 60 mil personas perdieron sus viviendas y otras 32 sus vidas, sumando cuantiosas pérdidas materiales y humanas a tan lamentable acontecimiento.

Para atender a los damnificados, el Gobierno activó más de 300 refugios echando mano de edificios públicos, casas expropiadas, escuelas, hoteles, cuarteles, militares y hasta en el palacio de Miraflores Chávez recibió a varias familias. De hecho, esta coyuntura sirvió para que el Comandante y el gobierno bolivariano lanzaran un conjunto de leyes de emergencia para la protección del pueblo, y con ellas toda una política pública de atención. Pero en medio de la contingencia, el 8 de diciembre el Presidente Chávez visitó la localidad campesina de Santa Rosa de Lima en el Estado Zulia.

Cuando aterrizó, inmediatamente fue abordado por un grupo de hombres y mujeres impactados por el desastre y desesperados frente a la incertidumbre. Mientras que el Comandante hundía las botas en el barro y caminaba por Santa Rosa, el pueblo vibraba frente a la presencia en persona del propio Chávez, pero no sin interpelarlo, confrontarlo, y reclamarle las fallas y el abandono por parte del gobierno. Chávez pacientemente escuchó, aceptó las críticas y los regaños respetuosamente y palpó con crudeza la calamidad que doblegaba a sus habitantes, no sólo como consecuencia de las lluvias, sino por el grado de miseria y desdicha que los hundía.

En el recorrido Chávez constató una vez más las consecuencias nefastas del latifundio, que procura la concentración de cientos de miles de hectáreas de tierra en las manos de un puñado de familias, mientras millones de personas sucumben frente al despojo y la miseria. La indignación no exoneró a Chávez, quien corría tras la solución radical al problema que reaparecía ante sus ojos: “Estamos evaluando la situación para fortalecer el apoyo y recuperar todo lo que haya que recuperar.

Esta es una revolución social y hay que darle la tierra al campesino, la tierra pal que la trabaje, no pal latifundista” exclamó a través del megáfono mientras caminaba junto al pueblo. Ese mismo día, en horas de la noche, Chávez ordenó la recuperación de los 43 latifundios más ostentosos de la zona sur del lago iniciando un nuevo ciclo liberador, pero no menos tortuoso de la lucha contra el latifundio que ya años atrás había iniciado con la expropiación de vastas extensiones de tierra y la puesta en marcha de cientos de experiencias de producción agrícola.

En esta entrega de Chávez Radical, queremos exponer la praxis, entendida como simbiosis entre pensamiento y acción, desarrollada por el Comandante en torno al problema de la tierra y la cuestión agraria venezolana. Empieza por hacer un critica a la reforma agraria adeca de 1960, que terminó engañando al campesinado porque terminó siendo “destinada a fortalecer aún más el viejo latifundio” y contribuyó a crear “nuevos latifundios”, asimilando dicha reforma como una continuación de la nefasta práctica latifundista de José Antonio Páez de quien se sabe, repartía tierras a los soldados para después, frente a las dificultades de sostenerlas, comprárselas a precios de gallina flaca, convirtiéndose en el más connotado terrófago del siglo XIX.

Luego Chávez denuncia la emergencia de una nueva clase social a partir del robo de tierras a los campesinos pobres; una clase de nuevos ricos forjados al calor de la corrupción y el amparo institucional, mientras que el campo venezolano quedaba desolado, frente al éxodo campesino del boom petrolero y toda la política agraria que profundizó la desigualdad, la miseria, el hambre, el analfabetismo y las enfermedades en el campo venezolano.

Por otro lado, Chávez aborda el problema de la propiedad, ya que “el régimen de propiedad de la tierra determina el régimen político y administrativo de toda nación”, para lo que se ha planteado “cambiar el régimen de propiedad feudal, por el régimen de propiedad socialista”, que no sólo garantice la superación del latifundio y la servidumbre como los rasgos del feudalismo que aún sobreviven, sino que permita el ejercicio de la propiedad social, entendida como la propiedad de todos y todas, como hermanos y hermanas en equilibrio con los ecosistemas, como salida radical al problema agrario venezolano.

POR: TATUY TV COMUNISTARIA